Antonio Galán expone sus obras de pintura
Hasta el próximo 28 de enero, la Sala de Exposiciones de la Casa Torre de Santurtzi acoge la exposición de pintura del artista de Ortuella Antonio Galán Ordóñez.
Galán fue siempre aficionado al dibujo hasta que, a los 28 años, sintió que a sus obras les faltaba color y se decidió por la pintura, aprendiendo técnicas de base y color, utilizando el óleo como medio y, más tarde el acrílico, empleando actualmente ambas técnicas indistintamente.
Galán lleva realizando una multitud de exposiciones colectivas e individuales, donde ha alcanzado un notable éxito de crítica y público, además de obtener diversos premios, diplomas y reconocimientos, tanto en concursos locales como nacionales. Este artista vuelve a exponer en Santurtzi después de varias décadas, ahora con una pintura mucho más experimentada y evolucionada, con un modo de hacer más sosegado y tranquilo, seleccionando lo que realmente quiere hacer, pero más intenso si cabe y siempre empeñado en hacer más bello lo bello. “Siento buenos recuerdos de los comienzos, era una época en la que exponía por todos los lugares que podía permitirme, hasta que fui poco a poco abandonando esas ansias de poner y poner y lo hice de forma más pausada. Hice alguna pausa larga en cuanto a exposiciones, bien por comodidad o un poco hartazgo o por algún otro motivo, pero siempre que puedo, pinto”, expresa Galán.
Esta última exposición consta de 42 obras, con una temática muy variada, desde ensoñaciones difíciles hasta un sencillo bodegón pasando por bailarinas, mineros, paisajes, flores, pescadores, maternidades, etc. “Cualquier tema me sirve siempre que me provoque alguna sensación positiva, pero es verdad que la figura me tira mucho, sobre todo, la femenina”, explica el artista.
Galán intenta que el observador sienta a primera vista cierta atracción o provocación y ganas de verla, que le haga sentir algo, que se pare a indagar y se haga alguna pregunta y que encuentre sus propias conclusiones, que no tienen que ser las mismas para todos. “Las obras son parte importante de la vida del pintor, como un trocito de alma. Espero que aprecien una pintura animosa, que guste. Está hecha para que todos los públicos la entiendan”, señala.
Para Galán, la pintura lo es todo: su refugio, su alma y su vida. “Cuando pinto me olvido de todo, del tiempo, incluso a veces hasta de comer, y si tengo penas, se me pasan. Creo que la pintura es muy buena terapia en general”. El artista reconoce que en muchos momentos le ha resultado difícil encontrar la inspiración y ha llegado a sentir frustración por no poder empezar algo. Pero en esos momento, para y espera a que llegue. “Cada vez soy más exigente conmigo y no me conformo con pintar cualquier cosa”.
Actualmente, Galán se deja llevar hacia otra etapa artística más complicada y costosa en cuanto a su elaboración, “porque cuando empiezo algo, no sé cómo voy a terminar. Voy dejando que la pintura surja por sí misma poco a poco y sólo busco que me llene de verdad”, reflexiona. De cara al futuro, no sabe si seguirá la misma temática o irá por otro camino. “Influyen las circunstancias que surgen en la vida, pero lo que sí es seguro es que sólo pintaré lo que me llene de satisfacción”, finaliza Galán.